Qué enfermedades se previenen con la vitamina C

¿Qué previene la vitamina c?

La vitamina C es un nutriente esencial que interviene en muchos procesos biológicos y bioquímicos como antioxidante. Dado que el daño oxidativo está implicado en el desarrollo de diversas enfermedades, la vitamina C podría tener un efecto preventivo o incluso terapéutico. Las frutas y verduras son las fuentes recomendadas de vitamina C. Cinco raciones de frutas y verduras protegen contra el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, pero no sólo gracias a la vitamina C. Por otra parte, los suplementos orales de vitamina C en cantidades superiores a la cantidad diaria recomendada (CDR) son beneficiosos para la cicatrización de heridas, la reducción de la duración de los síntomas del resfriado común y la prevención del resfriado común en personas sometidas a un gran esfuerzo físico. Además, la vitamina C es eficaz para reducir el fibrinógeno sérico, que está relacionado con un mayor riesgo cardiovascular. También pueden conseguirse efectos positivos mediante la administración intraarterial o intravenosa de vitamina C en pacientes con diabetes mellitus y cáncer. Sin embargo, los efectos positivos dependen con frecuencia de muchos factores, como la dosis, la edad, los hábitos de salud, etc.

La vitamina b1 previene

El reconocimiento de la vitamina C está asociado a una historia de búsqueda incesante de la causa de la antigua enfermedad hemorrágica del escorbuto. Aislada en 1928, la vitamina C es esencial para el desarrollo y mantenimiento de los tejidos conjuntivos. Desempeña un papel importante en la formación de los huesos, la cicatrización de las heridas y el mantenimiento de unas encías sanas. La vitamina C desempeña un papel importante en varias funciones metabólicas, como la activación de la vitamina B, el ácido fólico, la conversión del colesterol en ácidos biliares y la conversión del aminoácido triptófano en el neurotransmisor serotonina. Es un antioxidante que protege al organismo de los daños causados por los radicales libres. Se utiliza como agente terapéutico en muchas enfermedades y trastornos. La vitamina C protege el sistema inmunitario, reduce la gravedad de las reacciones alérgicas y ayuda a combatir las infecciones. Sin embargo, la importancia y el efecto beneficioso de la vitamina C con respecto a enfermedades humanas como el cáncer, la aterosclerosis, la diabetes, las enfermedades neurodegenerativas y la toxicidad de los metales siguen siendo equívocos. Por lo tanto, los esfuerzos continuos e ininterrumpidos pueden abrir nuevas perspectivas para comprender su importancia en el tratamiento de las enfermedades.

Efectos secundarios de la vitamina C

Antecedentes: La importancia de la vitamina C para prevenir el escorbuto se conoce desde hace siglos. Las investigaciones más recientes sobre la vitamina C han ido más allá de la prevención del escorbuto, aportando pruebas prometedoras de otros beneficios para la salud y aplicaciones clínicas. Esta revisión de la literatura científica evaluará muchos aspectos de la vitamina C, incluidos los niveles plasmáticos sanguíneos deficientes frente a los óptimos, las cantidades diarias adecuadas necesarias para mantener los niveles ideales y la seguridad de las dosis más altas. También se centrará en la importancia de la vitamina C como potente compuesto bioactivo, y su utilización en la prevención y el tratamiento de diferentes enfermedades crónicas. Esta revisión es necesaria para expresar la importancia de los métodos sanitarios alternativos tanto en la atención preventiva como en la clínica. Se eligió la vitamina C como representante de este concepto debido a su potente capacidad antioxidante, sus implicaciones fisiológicas increíblemente importantes y su mínima posibilidad de efectos secundarios. Esta revisión se centra en estudios con participantes humanos que abordan la importancia de la vitamina C para nuestra salud.Palabras clave: Ácido ascórbico, deficiencia, enfermedad, dosis, salud, suplementación, vitamina C.

Suplemento de vitamina c

El escorbuto es una enfermedad provocada por la falta de vitamina C (ácido ascórbico).[1] Los primeros síntomas de deficiencia incluyen debilidad, sensación de cansancio y dolor en brazos y piernas.[1][2] Sin tratamiento, puede producirse una disminución de los glóbulos rojos, enfermedad de las encías, cambios en el cabello y hemorragias en la piel.[1][3] A medida que el escorbuto empeora puede producirse una mala cicatrización de las heridas, cambios en la personalidad y, finalmente, la muerte por infección o hemorragia.[2]

Se necesita al menos un mes de poca o ninguna vitamina C en la dieta antes de que aparezcan los síntomas[1][2] En los tiempos modernos, el escorbuto ocurre más comúnmente en personas con trastornos mentales, hábitos alimenticios inusuales, alcoholismo y personas mayores que viven solas[2] Otros factores de riesgo incluyen la malabsorción intestinal y la diálisis. [Mientras que muchos animales producen su propia vitamina C, los humanos y algunos otros no lo hacen[2]. La vitamina C es necesaria para fabricar los componentes básicos del colágeno[2]. El diagnóstico suele basarse en los signos físicos, las radiografías y la mejoría tras el tratamiento[2].

El tratamiento consiste en tomar suplementos de vitamina C por vía oral[1]. La mejoría suele comenzar en unos días y la recuperación completa en unas semanas[2]. Las fuentes de vitamina C en la dieta incluyen los cítricos y varias verduras, como los pimientos rojos, el brócoli y los tomates[2]. La cocción suele disminuir la cantidad residual de vitamina C en los alimentos[2].